Pónselo difícil a los hackers

En 2014 hicimos este sketch para ilustrar un tema que siempre provoca un cierto estrés: La seguridad en las contraseñas que usamos en Internet.

El asunto es interesante por dos motivos: por un lado tenemos un imparable crecimiento del número de ataques cibernéticos a empresas y particulares y, por otro lado, la creciente sensibilidad de diseñadores y desarrolladores para conseguir la mejor experiencia en los usuarios, que esperan la máxima sencillez en cualquier proceso digital. Como se comprende después de ver el vídeo -que le recordará una escena bastante cotidiana-, estos dos aspectos se relacionan de manera «inversa y proporcional», que diría D. Manuel, mi profe de mates de la Facu…

Existen muchos generadores de contraseñas seguras con las que no tendrá el problema de generarlas, use esta búsqueda y elija el resultado que prefiera: Buscar en Google «Generador de contraseñas online».

Por otro lado, ahora debe recordarla. Los navegadores tienen incorporado un gestor de contraseñas donde guardar las suyas, incluso si está logueado con su cuenta podrá usarlas en todos sus dispositivos. Esta opción es la más fácil y tal vez la más segura, pero no le servirá en el caso de usar un nuevo dispositivo o un navegador distinto.

Para esto, le recomendamos reglas nemotécnicas que pueda actualizar fácilmente y utilizar en los distintos accesos para los que necesita login, pero atención: no lo use en sitios delicados -como su cuenta de banco- y recuerde cambiarla con frecuencia. Una regla es fácil de recordar, por ejemplo (y solo por ejemplo): mes-ciudad-año (incluidos los guiones y alguna letra mayúscula). Encuentre su regla y no la comparta con nadie.

Otra posibilidad, es usar aplicaciones. Un algoritmo incluirá contraseñas distintas para cada sitio, pero solo deberá recordar la maestra. La pega es que necesitará una aplicación para cada dispositivo, aunque eso sí, podrá poner la misma clave maestra en todos. No le sirve en caso de utilizar dispositivos ajenos.

En fin, cada maestrillo tiene su librillo, por su seguridad encuentre el suyo.